Tilín, sonó el BB Messenger. Temí enfrentarme otra vez a las detestadas letritas moradas de los mensajes en cadena sonsos, chistes malos e informaciones falsas que alguna gente adora enviar los sábados en la mañana -porque hay un placer sádico en hacer eso, estoy segura- más me encontré con este mensaje "¡Hola cariño! ¿Cómo estas? Mañana a las 11 de la mañana estaré al frente de la Orquesta de Flautas de Aragua en su tercer aniversario con el concierto "La Magia del Cine". ¡Estás invitada!" El remitente no era otro que mi maestro y amigo Enyú Peña, joven músico aragüeño y actual director de la Escuela de Música Federico Villena. Ni corta ni perezosa confirmé mi asistencia y acto seguido coloqué la información en mis cuentas de twitter y facebook.
El domingo llegó y me escapé de una reunión para llegar puntual a mi cita con la música. Caminar por los pasillos del teatro (aunque no se tratara de mi amado Teatro de la Ópera) trajo hermosos recuerdos teñidos de partituras y armonizados con sonrisas. No sé por qué a veces el ritmo de la vida diaria nos va alejando de las cosas que amamos, lo que sí sé es, que con un poquito de voluntad podemos volver a conectarnos con eso que nos encanta de la vida. Esto fue un hermoso reencuentro, no sólo con una de mis pasiones y placeres, sino con gente querida que tenía tiempo sin ver, así que este domingo en el teatro también estuvo lleno de abrazos.
El concierto de la Orquesta de Flautas de Aragua estuvo impecable, muy buena organización y además es una muestra de las cosas hermosas que ocurren en mi estado, con flautistas de toda la geografía aragüeña, desde el humilde pueblo de El Consejo hasta nuestra capital, Maracay conforman una orquesta que ejecutó con maestría piezas clásicas de la cinematografía mundial, con arreglos de Magda Gallardo. Reconozco el esfuerzo que mujeres dedicadas a la música como Yrene Briceño realizan en mi querida ciudad, pues ella es la directora de la OFA. Confieso que me encantó cuando, en el intermedio, ella se dedicó a agradecer el apoyo recibido tanto de la empresa privada como del gobierno; eso es una muestra de que unidos logramos cosas hermosas.
El repertorio incluyó piezas clásicas de los soundtracks de Disney que hicieron las delicias de los niños de todas las edades, hasta los niños de la tercera edad que estaban sentados tras de mí tarareaban piezas que conocemos de memoria y que llenan de alegría nuestros corazones. Seguidamente ejecutaron temas de series animadas de televisión, confieso que el arreglo que hicieron para The Pink Panther Theme de Henri Mancini fue ESPECTACULAR (y ahora me arrepiento de no haber grabado video). Me gustó esta intro infantil porque el teatro estaba repleto de niños (los chiquitos muy bien portados, los de 3era edad no tanto jeje) y eso me encanta porque llevar a los chiquillos al teatro los va enseñando a amar la buena música.
La Orquesta de Flautas de Aragua hizo gala de su capacidades al interpretar temas clásicos del cine europeo, mis favoritos fueron Cinema Paradiso y el tema de Il Postino, realmente les quedaron deliciosos. Me habría encantado ir con el cinéfilo Paolo a ese concierto, porque algunos temas no los supe identificar -aunque igualito los disfruté muchísimo- no sólo del cine europeo, sino de Hollywood, claro que de estos últimos disfruté demasiado el tema de Star Wars (Sí, soy una chica geek, en tacones y falda, pero geek)
El cierre del concierto superó mis expectativas, los ensambles invitados tocaron que fue una maravilla (y me encantó ver al genial Iván Briceño aunque fuera de lejitos) pero nuevamente mi favorita fue la interpretación de la OFA con un bis realmente inesperado que nos puso a bailar a todos, y es que ese cierre con "Oye como va" de Carlos Santana fue realmente la tapa del frasco de un domingo en el teatro.
El cierre del concierto superó mis expectativas, los ensambles invitados tocaron que fue una maravilla (y me encantó ver al genial Iván Briceño aunque fuera de lejitos) pero nuevamente mi favorita fue la interpretación de la OFA con un bis realmente inesperado que nos puso a bailar a todos, y es que ese cierre con "Oye como va" de Carlos Santana fue realmente la tapa del frasco de un domingo en el teatro.
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