El Árbol de la Vida

Cerro Autana. Amazonas. Venezuela

Photo: Erika Evelin Romero

Ayer en mi cumpleaños recibí felicitaciones de todas partes del mundo, desde la recóndita China hasta nuestra vecina Colombia, pasando por el Medio Oriente, Europa, Norte y Sur América.  No soy tan internacional, todas esas felicitaciones vinieron de amigos y familiares venezolanos que han emigrado, por las razones que sean, no vienen al caso.

Lo cierto es que yo también me he preguntado ¿vale la pena? ¿En serio vale el esfuerzo luchar por Venezuela?  No es una pregunta trivial ni banal en un país que cada día está más apocalíptico, me parece que en una esquina saldrá un tipo vestido como Mad Max mientras que en otra alguien cantará "We don't need another hero" aunque en esta sociedad que se desmorona necesitamos más de un héroe y heroína si queremos volver a tener país, que no este territorio desordenado en el que estamos.  Yo no sé a quién se le dará bien el oficio de heroína, yo creo que hasta Wonder Woman habría tirado la toalla con los super villanos que tenemos en Venezuela.  

Entonces, viene mi amiga Erika y nos comparte esta foto del Autana que me devuelve la esperanza en Venezuela.  Entre la bruma veo a los duendes del Amazonas y su fuerza ancestral me reconcilia con el país, con mis raíces. Me llenan de esa magia que llamamos Esperanza y me repito que sí se puede, claro que se puede y claro que vale la pena este pedazo de paraíso que nos regaló el Arquitecto del Universo, y es nuestro deber -por ser tan privilegiados- mantenerlo para nosotros, para el planeta, para las generaciones futuras. Para que todos puedan vivir los maravillosos conjuros que hacen vida en el Amazonas venezolano.

Este Árbol de la Vida extiende sus ramas hacia el cielo azul, ese maravilloso azul que me recuerda que con él sobre mi cabeza no hay pesadilla que dure para siempre y el dios Wahari de los Piaroa, tal vez remontando el Orinoco en curiara le recuerda a esta India Tacarigua el origen de su sangre morena, mezclada con blanca que la hace tan venezolana como él.  Saldremos de la pesadilla y el Autana seguirá ahí, dándonos vida.