A medida que él leía, las letras escritas por ella desaparecían. Basta de escribirle versos de amor al oleaje, pensó la arena
El eco de las olas repetía infinitamente los apasionados versos de la arena
Aunque las letras talladas en las caracolas desaparecieran en el oleaje, la arena seguía escribiéndole besos al mar
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Mariela