"Aquellos pedazos de papel, casi destruidos por el agua, sólo permitían distinguir algunas palabras sueltas, restos indescifrables de líneas casi enteramente borradas."
Envuelto muy primorosamente llegó una navidad "Los hijos del Capitán Grant" a mi biblioteca. Ya era hora de leer a Julio Verne (supongo que pensó mi tía que me hizo el regalo). Confieso que cuando me ví con ese MEGA libro en mis manos no supe qué hacer con él. Venía de leer "Mujercitas" y ahora me encontraba con este "libro para varones". ¿A quién se le ocurre regalarme un libro de varones? Obviamente a mi tía. Pasó semanas en la mesita de noche, esperando ser leído. Comencé a leerlo varias veces sin entenderlo, y lo dejaba ahí.
Una noche, yo sentía que el libro me miraba, como con reproche. Decidí darle una oportunidad. Por Dios, era Julio Verne. Así comencé mi viaje con ellos por el paralelo 37, leí el mensaje en la botella, buscamos al capitán Grant por Sur América, anduve de la mano de Verne por Chile, subí al Aconcagua entre sus frases y viví una de las aventuras más maravillosas que puede tener cualquier joven lector. Al final Los Hijos del Capitán Grant se convirtió en uno de mis libros favoritos y una inspiración para contar viajes, a mi estilo. Que bueno que a mi tía se le ocurrió regalarme "un libro para varones".
Ok, ahora me diste curiosidad. Los libros que he leido de Verne han sido maravillosos, ningun desperdicio...
ResponderEliminarBuscalo Andrés, sé que "Los Hijos del Capitán Grant" te va a gustar :o)
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