Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
"No leas Rayuela, diviertete con ella" y con esas instrucciones Morella vuelve a dejarme con Cortázar y su espectacular Rayuela. Si hay un libro para leer por fragmentos, saltarse páginas, capitulos y ser feliz entonces tiene que ser este. El que ahora estoy disfrutando en sus palabras, en gatos y Paris, en una historia que es de amor, que es de fantasía y que además es un clásico de la literatura latinoamericana.
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Mariela