miércoles, 24 de agosto de 2011

Una Biografía - Día 12


Pocas veces se tiene la oportunidad de leer la cotidianidad de la historia escrita por la mano de uno de sus protagonistas, y como nadie en "Gobierno en Mano" el Dr. Enrique Tejera París logra develarnos el nacimiento de la democracia venezolana a partir del día 24 de Enero de 1958, cuando aterriza en Venezuela a pedido de Don Rómulo Betancourt y acompañando a Eugenio Mendoza quien se incorporaría a la Junta Cívico Militar del recién instaurado gobierno de transición que nació el 23 de Enero de 1958 cuando una insurrección militar y civil derrocó a Marcos Pérez Jimenez quien, hasta 1998, fue el último tirano militar que conoció mi país.

Estas memorias, deliciosamente escritas, bien detalladas, llenas de detalles y anécdotas nos cuentan, entre sobresaltos de metralla, decisiones de improviso, risas, trabajo y polvo, cómo se dió el paso hacia la modernidad de la democracia venezolana, pero sobre todo de nuestro propio país, ese que dejó de ser rural intentando ser cosmopolita. El lector acompaña al Dr. Tejera París en su recorrido desde Caracas hasta Cumaná, viendo nacer una nación, descubriendo por qué el Palacio de Miraflores fue pintado de blanco, comprendiendo la pasión y entrega con que trabajaron entonces y, presagiando que; en un futuro muy lejano, cuando nos toque volver a las riendas de la civilidad haremos falta muchos venezolanos que, ojalá inspirados por los nobles ideales que guiaron a Tejera y sus colaboradores, reconstruiremos este país que, aún clama, por dar el salto al desarrollo que se quedó a medio camino entre 1958 y 1998.

Como son varios tomos de estas memorias, hay que hablar de su otro libro "Dos golpes y una transición", publicado luego de "Gobierno en Mano" donde nos narra las vivencias de un joven profesional en el exilio y de cómo se convierte en profesor en Brasil, se divorcia, conoce al amor de su vida y finalmente se casa con ella. Este libro tiene la nostalgia del que está lejos de casa por razones eminentemente políticas, pero también la esperanza de un hombre joven que soñó un futuro mejor y que trabajó para dejárselo a su país (lástima que no supimos mantenerlo).

Estas memorias del Dr. Enrique Tejera Paris se completan con el tomo "La formación de un caraqueño" en el cual narra su infancia, pero lamentablemente no lo he conseguido. Huelga decir que tengo muchas ganas de leerlo (y mi mayor anhelo es tener los 3 libros firmados por el Dr. Tejera a quien admiro profundamente)


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Mariela