Como autora de mi blog soy respetuosa de la palabra. Abrazo la libertad, como cobijo la democracia.
Soy mi palabra. Soy coherente entre lo que pienso y lo que siento, como con lo que digo y lo que hago.
Reitero con mi blog mi deseo de expresarme libremente, de decir lo que quiera con responsabilidad.
Soy independiente de mis intereses y dependiente de mis principios. Y si tengo intereses, mis lectores los conocerán de manera transparente.
Al mantener mi blog soy consciente de que pertenezco a un entorno ante el que tengo derechos y con el que tengo responsabilidades.
Mis palabras tienen tanto peso que no necesitan que las defienda con acciones más allá de las palabras.
Respeto tanto al otro como respeto a los demás. A pesar de las distancias respiro el mismo aire y eso nos pone en el mismo nivel.
Hago parte de una generación que, sin importar la edad, aprendió a expresarse tranquilamente en medio de un mundo hostil. Es algo que he ganado y que no estoy dispuesto a perder.
Puedo ser militante en cualquiera de los extremos del pensamiento o de las creencias y debo poder tener la certeza de que no seré agredido por ello.
Puedo equivocarme una, pocas o muchas veces, pero siempre tendré la humildad de reconocer mis errores.
Mi compromiso con la libertad de expresión es irrenunciable e inembargable; no transo en ello.
Pertenezco a este planeta, el mismo en el que muchos han muerto por la libertad; tal vez no dé mi vida por mi blog, pero entregaré todas mis fuerzas a la consigna de la tolerancia a la palabra ajena.
Soy libre, soy blogger.
Esta es mi versión de adhesión al manifiesto "Soy libre, soy blogger" del periodista colombiano Víctor Solano.