Si alguna vez Héctor Torres llega a tener un fan club voy a pedir membresía de por vida.
Hace como un mes estuvo Héctor Torres por Maracay, me enteré, le avisé a una amiga y como se pudo organizamos ir a la tertulia de Héctor en la Casa de la Cultura. He de confesar que no posaba un tacón en ese edificio desde aquellos lejanos años en que vestida de liceísta y sin acceso a Internet debía ir a la Biblioteca Pública de la ciudad a investigar. Ah, pero por Héctor yo hago esas cosas. Volé para llegar a tiempo, pero llegué tarde -y mi amiga llegó aún más tarde- y me sentí, de pronto, como invitada extraña a una fiesta donde no combinaba. "Ah, ya sé dónde se reúnen todos los raros de la casa de Maracay", dije para mis adentros. Como pude, me acomodé para verlo de pié, en absolutos e imprescindibles estilettos -es que sueño con ser alta algún día- y comencé a disfrutar de su voz. "Que linda voz tiene" pensé e inmediatamente lo colgué en twitter, para envidia de las otras fans de Héctor en la red social y ganarme un bien merecido reclamo de alguna amiga a quién no avisé del acontecimiento. Escucharlo hablar de sus obras no es lo mismo que leerlo recortado en 140 caracteres o menos cada vez que twittea. Tras una sonrisa nos reconocimos -es bueno estar igualita al avatar, sin photoshop- y luego vino el tan esperado abrazo, foto, firma de La Huella del Bisonte y una conversación mínima que, algún día, espero disfrutar más extensa.
En una mesa estaba mirándome "El Regalo de Pandora" y casi me guiñaba un ojito diciendome: "Cómprame, cómprame". Fue inevitable, caí en la tentación, lo compré y se vinieron conmigo esos pedazos de Pandora a mi casa. Esta colección de cuentos escrita por Héctor Torres tiene esa visión de lo femenino de un hombre que ha escuchado muchas conversaciones de mujeres y que ha amado a otro montón, de cerca, de lejos, en sueños (yo creo) porque en muchas páginas me sorprende, me deja boquiabierta leer en sus escritos cosas que he pensado, vivido, sentido. Especialmente en la página 85 del libro (y no les voy a copiar ni un pedacito de esa página para que vayan raudos y veloces a su librería y lo compren) me quedé sencillamente pasmada.
Como los libros en mi casa, para que se asuman verdaderamente leídos deben estar subrayados (sé que a algunos les horrorizará esto pero qué les puedo decir, así es mi casa, la de la biblioteca con libros subrayados en resaltador) ya se pueden imaginar que mi ejemplar de El Regalo de Pandora está hermosa y profusamente profanado con líneas amarillas. Héctor tiene unas frases maravillosas, como para volver sobre ellas una y otra vez, una de mis favoritas es: "Arrecharse con la vida es como arrecharse con la lluvia (...) no que esté mal, sino que es inútil"
Les dejo el primer cuento de El Regalo de Pandora, que muy amablemente uno de sus editores ha colgado en Scribd para que todos podamos leer un adelanto. Espero que lo disfruten muchisimo y encuentren el dulce néctar que beben los mirmidones.
El Regalo de Pandora