Esta es la historia de una niña que le encantaban los cuentos, especialmente cuando su madre se los leía antes de dormir porque dramatizaba aquellas historias que un señor europeo escribió hace muchos años, pero que en la voz de su madre se convertían en momentos vivos y emocionantes. Tanto le gustaban los cuentos que, un día se encontró frente a frente con aquel libro donde las historias se escondían, pero era de tarde y mami no andaba por ahí para contarle un cuento. Entonces, se puso a mirar las letras y las miraba y las miraba tratando de encontrarles algún significado. Así pasó varias tardes hasta que, una de ellas, sin saber cómo ni por qué, las palabras tomaron vida y pudo leer: "Hubo una vez una niñita que era muy pequeña y delicada, pero que a pesar de todo tenía que andar siempre descalza, al menos en verano, por su extraña pobreza." Ocurrió la magia, había aprendido a leer ella solita. Cada noche, mientras mami le leía un cuento nuevo o un cuento repetido sonreía en secreto. Mami siempre le decía "Cuando aprendas a leer, entonces tu solita leerás tus cuentos" pero ella disfrutaba tanto de las dramatizaciones que ocultó a su mami todo ese año que ya había descubierto el conjuro de las letras. La niña soy yo, y mi primer libro fue una compilación de los cuentos de Hans Christian Andersen, el primer cuento que leí fue "Los zapatos rojos" el cual me sé de memoria, el guardián del secreto de mi lectura fue mi padre y mi mamá me perdonó el silencio de ese año, mi primera travesura literaria.
Morí de ternura <3
ResponderEliminarAndrea, gracias por leerme. Un abrazo :o)
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